Taller de Inteligencia Emocional Aplicada

La FAPA ha organizado un Taller de Inteligencia Emocional Aplicada, que comenzó el jueves día 11 de abril. En mi modesta opinión, creo que ha sido una iniciativa muy acertada. Fueron aproximadamente dos intensas e interesantes horas, monitorizadas por dos profesionales que  imparten este tipo de talleres, y que al menos en el  AMPA del Cervantes, trabajan en una Escuela de Padres, que al parecer funciona bastante bien.

 El tema de este taller, aun siendo desconocido para muchas personas, es de una importancia y relevancia en la educación de nuestros hijos bastante considerable. Según investigadores y psicólogos, , diversos estudios de largo plazo revelaron que el éxito laboral o escolar, no son fruto única y exclusivamente del coeficiente intelectual, sino que éste carácter genéticamente vinculado a la herencia, influye en un 20% aproximadamente, el otro 80% restante depende en gran medida de habilidades que han sido llamadas inteligencia emocional, habilidades entre las que destacan el autocontrol, el entusiasmo, la perseverancia y la capacidad para motivarse a uno mismo. Y todas estas capacidades, pueden enseñarse a los niños, dándoles así la oportunidad de sacar el mejor rendimiento posible al potencial intelectual innato. Es decir, no van a tener mejor resultados académicos los más listos necesariamente, sino aquellos niños que además hayan sido enseñados a manejar sus emociones.

 

Nuestros hijos son en gran medida, el reflejo de nosotros como padres, para que ellos sepan gestionar sus emociones, nosotros debemos hacerlo primero. No podemos pedirles, lo que nosotros como adultos no somos capaces de hacer. Y para ello creo que en muchos casos, nos vendría bien la ayuda que nos puede proporcionar talleres como éste que os comento.

Me llamó mucho la atención a modo de reflexión el Desafío de Aristóteles:

Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo.

Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el

momento oportuno. Con el propósito justo y del modo correcto, eso,

ciertamente, no resulta tan sencillo.

Aristóteles, Ética