Siempre me han
gustado los cuentos, escucharlos, leerlos y ya con niños también contarlos. Los textos van tomando vida y color en cada una de nuestras mentes de forma personalizada, creo que mezcla de las
vivencias e imaginación del lector, y la intencionalidad del escritor. La
cuestión, es que a medida que nos adentramos en la lectura, la palabra
escrita nos cautiva e irremediablemente nos quedamos preso de ella.
Pero paralelamente a la individualidad de la
lectura, nos encontramos con la narración oral, y más concretamente con la
magia de los cuentacuentos. ¿Cómo lo
hacen?, ¿cómo son capaces de recrear, de
escenificar, de reinventar, adornar, embellecer, e incluso tunear las
historias más antiguas y las más modernas?. ¿Qué clase de hechizo o
encantamiento es el de los cuentacuentos,
que a niños y a mayores anula la voluntad, y los sentido concentra sólo para sí?. Para
averiguar todo esto que me intriga, y que me gustaría al menos conocer, y
porque no, si fuera posible un poco aprender, he tenido la fortuna de sumergirme
en un curso de “Narración oral”, que imparte Légolas Colectivo Escénico.
Así que, animo a todo aquel que le guste el mundo de los cuentos, que se dé la oportunidad de hacer este taller.
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